Los 4 primeros molares

Probablemente las piezas más significativas de la boca, simbolizan el comienzo de la etapa gregaria. Nos muestran conflictos de este matiz, ya que somos, desde el inconsciente colectivo, animales gregarios (sociales), y sólo podemos sobrevivir en grupo. Vemos sufrimientos a partir de la comparación con nuestros referentes masculino y femenino.

Nos permiten ver la dinámica masculina y femenina desde la potencia generada por nuestra energía sexual (chacra 2), la cual despierta energías de vida llamadas deseos y ganas, que permiten conocernos mejor como individuos e impulsar nuestros movimientos. También vemos el sueño de vida, que surge a temprana edad y que solemos postergar o incluso olvidar, frente al conflicto paradojal universal que nos plantea cómo ser uno mismo sin perder la pertenencia al grupo.

Erupcionados a los 6 años de edad, estos dientes son testigos las memorias que irán forjando nuestro ego, con sus “defectos” y ” carencias” adquiridos a lo largo de la vida. En ellos vemos sufrimientos relacionados con la CONSIDERACIÓN, que nos abre la capacidad de realizar nuestros proyectos y creer en nuestros sueños, y el RECONOCIMIENTO, que nos permite ser quienes nos sentimos ser, y ocupar nuestro lugar en el mundo.

Nos hablan también del miedo mas arcaico, el estrés del abandono. Nuestro inconsciente sabe que necesitamos a los nuestros para apoyarnos e ir hacia donde queremos y para no perder lo que tenemos. Nuestro grupo de origen es reemplazado por el grupo laboral y la pareja/familia, ámbitos en los que los conflictos no resueltos volverán a presentarse para pedir solución.

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